miércoles, 6 de abril de 2011

ESE “AIRECITO”

Cuando uno se inicia en esto del GOLF - nunca nos arrepentiremos lo suficiente de haberlo hecho - no se imagina lo estresante que es jugar con aire, mejor dicho con viento.
Todos sabemos que el viento es el aire en movimiento, no?, bueno pues cuando ese aire se mueve mucho, pero mucho, mucho más de lo que a unos nos gustaría, jugar al golf es a veces un suplicio. Hace que a uno le cueste mucho mas concentrarse, se está más pendiente de otras cosas que del swing, de que no se nos vuele la gorra, de taparse los oídos pues llega a ser molesto, de empezar a pensar en cuanto hemos de variar los golpes para compensar su fuerza, de sujetarse bien para que no nos mueva, etc. y lo más frustrante sin duda alguna, es ver como un buen golpe, por arte y parte del “airecito”, se trasforma en algo desastroso, acabando debajo de los árboles, en el rough, fuera de límites, fuera del green o lo peor de todo, en el agua de un lago y esto sí que sienta verdaderamente mal. La recomendación técnica es “no luche contra el viento, juegue con él”, pero como demonios hacerlo?
Algunos dicen que hay que saber jugar en todas las situaciones posibles, puede que sea cierto, pero no se puede negar que jugar con una ligera brisita, si es posible al borde del mar, es mucho más agradable que hacerlo en estos campos nuestros tan ventosos, vamos digo yo.  

La verdad que esto es lo que nos toca, no hay remedio, compartir la mayor parte de los días el partido con el Señor y Dios de los vientos Eolo, y esperar que por lo menos juguemos “divinamente”.