miércoles, 1 de enero de 2014

JUGAR SOLO? NO GRACIAS

Al golf se puede jugar solo o hasta cuatro jugadores máximo, aunque a veces no nos deberían dejar jugar a ninguno por lo mal que lo hacemos.
Seguramente alguna vez lo hayamos hecho, me refiero a jugar al golf nosotros solos, pero a mí me parece algo aburrido al que le falta un ingrediente importante como es la compañía, ya que es el único deporte en que se puede hablar mientras se va jugando. Solo si te lo planteas como un entrenamiento puede tener algo de interesante. En este caso normalmente uno empieza seriamente, jugando dos bolas y apuntando el resultado de cada una de ellas como si fueran dos partidas diferentes, pero llega un momento en el que los golpes no son todo lo buenos y se empieza por repetirlos, en otros casos la bola se va a un sitio difícil de jugar y uno se la coloca mejor, y así se van haciendo poco a poco trampillas sin importancia, que al final hace que los resultados sean tan excelentes como falsos. Además, a los que no vemos bien, es una gran ayuda para ver y encontrar las bolas.

Por eso, el tener un grupo fijo para jugar es una de las cosas más bonitas del golf. El quedar, por whatsapp si uno está a la última, unos días antes para jugar, coger horas de salidas, confirmar la asistencia y por último en el tee del 1 tirar bolas y organizar las partidas, todo esto tiene su encanto. Bueno y sin contar los viajes de golf claro, que eso es otra historia.
En todos los campos habrá grupos de juego e imagino que hasta a algunos se les habrá puesto un nombre cariñoso, en Saldaña y Lerma están los Rubios, los Gorruchos, los Reguladores, los Divinos, y la gran Peñita como no. No me puedo olvidar de mi grupo los Albatros claro -de ahí el título de esta columna de golf que escribo con mucha osadía y sin ninguna pretensión por mi parte-  y con los que me encanta jugar. Mis “albatrillas”, Chus, Begoña, María, Pilar y últimamente Mar, y como no los “albatrillos”, Andrés, Javi, Mauri, Miguel Ángel, y los incorporados después Susilla, Roberto y José Mari, no pudiendo olvidarme de los que lo dejaron, Adela y Marce, el Delgado, y el Breta, que no se me podían olvidar y a los que se les echa de menos.

Disfrutar de los amigos y lo dicho, jugar solo? no gracias.