miércoles, 16 de octubre de 2013

CRISIS, Y NO DE JUEGO PRECISAMENTE

Crisis? What Crisis?, como el título del álbum del grupo británico Supertramp de los años setenta, esa es la pregunta que se hacen algunos políticos porque no la sufren en sus carnes, y aunque la nieguen o la llamen “recesión” o “crecimiento negativo” lo cierto y obvio es que estamos en inmersos en una gran CRISIS. Lógicamente también afecta al mundo del golf.
El número de licencias federativas ha sufrido una disminución muy importante en estos últimos años. De los 335.000 jugadores federados en enero del año 2010 hemos pasado a los 300.000 en enero del año 2013, además con una bajada en picado de casi el 9% en los cinco primeros meses de este año, llegando a estar federados actualmente unos 285.000 jugadores, casi como en al año 2006. La crisis hace que cada vez seamos menos los que jugamos.
Las empresas patrocinadoras ya no pueden destinar lo que hace unos años venían haciendo para organizar torneos de golf. No solo en el ámbito amateur, como se apuntaba con cierta añoranza en el artículo anterior por ser pocos y sin ningún atractivo, sino también para los jugadores profesionales, en parte porque las administraciones públicas (Junta de Andalucía, Diputación de Castellón, etc) tampoco destinan ya ningún fondo a estos fines y si a “otros”. Por poner un ejemplo, en España hace unos cuatro años se organizaban seis torneos internacionales para profesionales del European Tour y durante este año solo uno y gracias.
Vemos con pesar como se cierra algún campo de golf, o como se dejan de realizar adecuadamente los cuidados de los campos y sus instalaciones, pues el mantenimiento es costoso y las plantillas reducidas. A pesar de que los green fees tengan precios de hace 10 años y haya ofertas chollo combinando estancias en hoteles y golf, cada vez se juega menos. Esto es evidente. Es difícil, pero hay que hacer grandes esfuerzos imaginativos, tanto desde la federación como desde los mismos clubs e inventarse fórmulas geniales para evitar este descenso de practicantes. 
Por último las tiendas de material de golf, incluidas las de los propios campos y las de las áreas deportivas de las grandes superficies, o cierran o están bajo mínimos, no hay más que echar una mirada.
Lo dicho, el golf está en crisis, y no de juego precisamente, esperemos que pase rápido el chaparrón y veamos pronto los anunciados “brotes verdes” de la recuperación y volver prontito a la ansiada normalidad de hace unos años. Mientras apretarse el cinturón y jugar de vez en cuando.