El nivel de juego en el golf se
acredita por el hándicap que tiene cada uno, siendo el que posteriormente te ordena
en las diferentes categorías de juego y que redunda en las clasificaciones de
los torneos.
En teoría cuanto más bajo sea el
hándicap de uno se juega mejor, dando menos golpes y en consecuencia tardando
menos en terminar un recorrido.
Esta es la base fundamental para la
razonable organización de las salidas en los torneos, o debería de serlo. Los
hándicap bajos salen antes para no parar a los de detrás que irán más lentos. Hasta
ahí todo correcto, ya que de esta forma un torneo organizado primeramente por
categorías y dentro de las mismas por riguroso orden de hándicap, transcurriría
con un ritmo más continuo y se tardaría un tiempo más que razonable en acabarlo;
además de que cada uno jugaría con gente de su mismo nivel, cosa que es muy de
agradecer. Pero la teoría se va al traste cuando uno se apunta al torneo con el
consabido “pronto por favor”.
En ciertas ocasiones a todos nos
habrá pasado que por algún motivo concreto no hemos podido jugar un torneo. Bueno
para intentar solucionar estos casos puntuales y ocasionales, podría valer el
solicitar jugar pronto y así tener luego todo el día disponible. En cierta
manera puede ser razonable, aunque si uno no puede jugar un torneo no pasa
nada, vamos creo yo.

No me cabe duda que en esto hay que
ser totalmente inflexibles; los circuitos o torneos de golf más serios y
valorados no admiten esta mala forma de organización, se juega por riguroso
orden de hándicap y de categorías. De los más bajos a los más altos dentro de
su categoría y así sucesivamente Y no pasa nada eh.
Ruego encarecidamente se tome, por
quien corresponda, la medida de que cada uno juegue cuando le toque y dentro de
su categoría; si uno no puede o no está conforme que no se apunte a un torneo y que juegue con los amigos de la forma que mejor le parezca. No hagamos de
esto una práctica habitual.